Hace ya cinco días que mi novia murió en un accidente de coche, la vida es muy injusta iba hacia su trabajo cuando un hombre ebrio se saltó un semáforo y chocó contra mi novia, no se pudo hacer nada por salvarle la vida, la echo mucho de menos, Amor te amo y te necesito. Ojalá pudiera estar a tu lado para siempre.
No duermo, no como, no quiero tener contacto con nadie, solo quiero estar en nuestra habitación junto a tu foto que te hice en la playa. Esa misma noche me llamo mi madre para ver cómo estaba, me dijo que me tomara un vaso de leche con miel que me ayudará a relajarme y poder dormir un poco. Le hice caso cosa rara pero es mi madre, y tenía razón empecé a tener sueño, los ojos se me cerraban poco a poco y sentía una pesadez en todo mi cuerpo.
Pero antes algo se pasó por mi mente no perdía nada y sería una forma de despedirme de mi amor, cogí el teléfono y escribí el siguiente mensaje «buenas noches tesoro, siempre juntos» y se lo envié. A los pocos minutos caí redondo en un profundo sueño, pero a las pocas horas sonó mi teléfono móvil era un mensaje, no tenía ganas de mirarlo pero ya me había despertado así que lo cogí y cuando lo miré me quedé helado, había un mensaje de Claudia mi novia, no puede ser pensé es imposible.
Me parecía una broma de mal gusto y le contesté -«Porque tienes el teléfono de mi novia, quién eres», tardo un momento en contestar – «soy yo amor, Claudia», empecé a ponerme nervioso, un sudor frío recorría todo mi cuerpo, no me lo podía creer, era totalmente imposible dije en voz alta. Sonó de nuevo el móvil «si no me crees preguntame algo que solo tú y yo sepamos» parecía una buena idea así que le hice unas pocas preguntas y todo lo que me contestó era verdad, lo habíamos vivido nosotros solos.
Así que me puse muy contento, era mi vida, y volvíamos a estar casi juntos. Pasamos semanas hablando, estábamos super enamorados, cuando una noche después de cenar, empezamos a charlar ya era media noche y tenía un poco de sueño porque ya había empezado a trabajar, todo iba genial, le di las buenas noches y le puse siempre juntos como cada noche, y me contesto «seguro». Me despertó un sonido muy fuerte sobresaltado que provenía del armario, sentí un escalofrío, abrí la puerta poco a poco y pude ver a Claudia con su vestido favorito de color rojo a los lejos que se iba acercando poco a poco hacia a mí.
Pensé Dios mío por fin estaremos juntos, el móvil volvió a sonar pero estaba entusiasmado, estaba feliz, una sensación de paz recorría toda la habitación, cogí el teléfono y era Claudia -«Amor esa no soy yo». Y al leer esas palabras algo me arrastró hacia dentro, clavando sus garras en mi estómago pero no conseguí ver a Claudia.
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