Luego de la extraña muerte de mi joven esposa, empecé a sufrir de esta extraña enfermedad. Perdí el sueño, luego dejé de alimentarme, y poco a poco noté como mi pellejo se pegaba a mis huesos. Según mis padres todo tenía que ver con el tonto duelo que le estaba guardando a mi mujer.
Días después el alma de mi esposa comenzó a penar por los alrededores de esta casa. Quizá yo estaba perdiendo la razón, no lo sé. Pero les juro que hablé con ella. Y me dijo que esta noche vendría.
Ya es casi la medianoche y ella está por llegar. La atmósfera se ha oscurecido aquí dentro, y el ambiente se ha puesto demasiado pesado.
La esposa
Varios golpes en la puerta me anuncian su llegada. Enciendo las velas para que encuentre la luz. Aunque hace mucho frío, siento una calidez en el pecho, y un presentimiento nervioso. Creo que es normal. Desde el primer momento que la vi supe que ella sería el amor de mi vida.
A mi madre eso le causó terror y me advirtió que dejara de salir con ella, y mi padre la apoyó. Yo en cambio caí rendido a sus pies. Fue inútil resistirme. Ella se había enamorado también.
En cuanto me enteré que ella vendría, tuve que encerrar a mis padres en el sótano. Debí hacerlo, pues ellos jamás la aceptaron en la familia ni la aceptarían ahora. Mi madre deseó mi muerte y la de ella cuando nos casamos, y al final su deseo se hizo realidad. El amor de mi vida se había vuelto un cadáver, gracias a ella.
En fin, tengo preparada una gran cena. Fue mi esposa quien me pidió que cocine.
“La carne debe ser fresca” me dijo.
Y yo he cumplido.
Ha tumbado la puerta. La observó entrar, arrastrarse hasta la mesa. Y empieza a devorarlo todo, kilos de carne fresca.
En el sótano solo quedaron los huesos de mis padres y en la mesa quedan sus ultimos pellejos…creo que es lo que necesita comer una bruja para resucitar.
Mientras, empiezo a sentirme más sano.
Créditos a quien corresponda