Año 2000. Madrid. Todo sucede en el madrileño barrio de Salamanca. Tres amigos alquilan una casa que a priori es estupenda: exterior y reformada.
Pero apenas se mudan empiezan a advertir cosas extrañas. Y tienen la sensación de que hay alguien más. Están viendo la televisión y ven pasar una sombra por el pasillo.
En otra ocasión uno de los chicos nota una sombra, piensa que es la suya propia, se queda parado y la sombra le sobrepasa y desaparece en la pared que colinda con la casa de al lado.
Y aunque sabían que en la casa vecina no vivía nadie, un día están cocinando y a través de la ventana de la cocina ven a la perfección a una mujer: lleva el pelo peinado hacia atrás, corto y engominado y una vestimenta masculina.
Después de verla en varias ocasiones, deciden preguntarle al portero y éste les dice que es imposible que hayan visto a nadie porque la casa está deshabitada y cerrada y que la llave la tiene él.
Los inquilinos le describen, al portero y a otra vecina, a la mujer que ven y se quedan sorprendidos porque la descripción corresponde con la de una mujer que vivió allí: una chica que vivía con su madre y cuando ésta falleció, ella fue ingresada en una clínica por problemas mentales.
La chica Acabó falleciendo.