Leyenda del Estado de Sinaloa.
En el panteón de Elota se encuentra la llamada tumba encadenada de Elota.
Cuenta la historia que está tumba pertenece a Rosa y Pedro, dos enamorados que vivieron en el poblado a finales de 1890.
Los cuales compartían un amor prohibido, se habían enamorado siendo hermanos.
Tras intentar tener una relación a escondidas fueron descubiertos por los horrorizados habitantes del pueblo.
Quienes como castigo por sus actos los golpearon y apedrearon hasta la muerte.
Tras su muerte sus cuerpos fueron enterrados en la misma tumba en el panteón local, pero a la mañana siguiente algo insólito sucedió.
Sus cuerpos sin vida fueron encontrados fuera de su tumba lejos del panteón.
Tras este hecho los lugareños comenzaron a creer que fue el mismo diablo quien los saco del panteón por causa de su pecado, para que sus almas jamás descansará en paz.
Para evitar que los cuerpos fueran sacados otra vez por los demonios los habitantes del pueblo construyeron una tumba llena de cruces y cadenas con la intención de ahuyentar a cualquier espectro diabólico.
Pero se dice que, aunque los cuerpos no volvieron a ser sacados de sus tumbas durante las noches aún se puede escuchar gritos desgarradores y como se arrastran los cuerpos.