Era una tarde de invierno, gris con un suave viento que aún la hacía más fría. Pero como ya era habitual, se disponía hacer sus ejercicios. Los cuales hacía desde un tiempo, de cuando le dió un leve dolor en el pecho, y el médico le recomendó hacer algo de ejercicio.
Se puso sus zapatillas de deporte y salió a la calle.
Hacía una leve carrera….un poco de flexiones y siempre con él su botella de agua.
Tenía como costumbre parar en una pequeña tienda,era de alimentos para animales, pero siempre podía ver que alguien acudía con su mascota,y eso le estremecía de bella manera, recordando su infancia.
Allí se detenía por unos minutos a contemplarlos y así cogía fuerzas para seguir.
Bebió un trago de su agua y se dispuso a continuar, cuando notó algo en el tobillo, como un tirón.
Se detuvo, echó la vista hacia abajo y no vio nada, y de repente escuchó un gran golpe seco, enfrente suyo. Levantó la vista rápido y ahí en el suelo había una maceta rota con su tierra desparramada.
Qué suerte! -pensó.
Y siguió con sus ejercicios…
Llegó a un parque, era enorme, en donde había lugar para todos: niños jugando, césped para estar sentado e incluso hacer un picnic, y otro espacio para pasear con los perros .
Aunque para las horas que eran, no había mucho movimiento.
Pasando por uno de los enormes árboles del parque, volvió a notar ese tirón en el tobillo, se detuvo y miró atrás suyo. Pero sin ver nada, se quedó boquiabierto. Pues justo cuando se disponía a girar la cabeza, una gran rama cayó a su lado.
Oh! Ésto ya si es mucha suerte!! -se dijo ,con una leve sonrisa-. Qué casualidad ya!
Por no querer tentar más a su buena suerte, dió media vuelta para dirigirse ya a su casa .
Por hoy ya había tenido bastante ejercicio, pensó.
Volvió caminando, tranquilo.
Pasando por el mismo lugar, aquella pequeña tienda, donde se detuvo otra vez y mirando a través de la gran vitrina, veía su reflejo, pero…. Al notar algo (o alguien) cerca de su pierna, miró su reflejo y a su lado… no podía creer, parecía que estaba delirando! En el reflejo veía a su viejo amigo de la infancia, su gran amigo, compañero y perro fiel :”Thom”, pero miraba a su lado y no veía nada!
Entonces, de repente volvió a notar como otro tirón, pero está vez en la espalda que le cruzaba hasta el pecho. Se agachó, se sentó en el suelo, para ver si se le pasaba. Cerró un rato los ojos…. Y cuando los volvió a abrir, fue a agarrar su botella, para dar un trago de agua, pero ésta se le escurrió entre los dedos, como humo. Entonces fue cuando notó una suave y húmeda lengua lamiéndole la cara, con una gran sonrisa y lleno de felicidad vio a Thom, lo miró con ojos de admiración y entre ladridos suaves de felicidad, escuchó: ¡Ahora sí, por fin juntos otra vez, para siempre!
Creditos; Nanny
