Lugar muy famoso en Cuernavaca por su hermosa arquitectura y grandes proporciones. Esta mansión ubicada en la Calzada de Leandro Valle se le ha atribuido multiples historias relacionadas con fantasmas o extrañas sombras que deambulan en sus paredes.
En origen perteneció a una exitosa familia proveniente del Líbano.
La casa de los libaneses
El señor era un gran empresario del área textil, desafortunadamente el jefe de la familia enfermó, por lo que se fue a tratar en el extranjero, muriendo ahí. Su esposa, quien lo amaba profundamente fue perdiendo poco a poco la razón tras la pérdida de su esposo, por lo que (según cuenta leyendas urbanas) realizó rituales al interior de la casa para tratar de comunicarse con su esposo muerto, lo que llevó a que su hijo perdiera la razón tratando de ayudar a su madre en dichos rituales. Este último, es el único de la familia que aún se encuentra vivo y aunque sigue siendo el dueño de la propiedad, hoy vive en la indigencia, y es muy común verlo deambular por las calles del Centro de Cuernavaca.
No se recomienda entrar pues esta completamente vacía y es lugar de refugio para el crimen, además de que los vecinos llamarán a la policía si ven desconocidos o curiosos queriendo entrar.