Diseñado por el ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli, en 1638 comienza la construcción del Castillo del Morro San Pedro de la Roca con el objetivo fundamental de proteger a la ciudad de Santiago de Cuba de los asedios de corsarios y piratas procedentes de Francia.
Holanda e Inglaterra, principales potencias europeas enemigas de España. Pero en el siglo XIX, con el desarrollo de la industria armamentista la fortaleza quedó obsoleta desde el punto de vista defensivo, convirtiéndose en un bastión auxiliar que funcionó como batería y prisión por muchos años.
Durante las guerras de independencia fue la cárcel principal del departamento oriental de la isla de Cuba donde innumerables personalidad sufrieron en sus celdas y mazmorras los horrores del colonialismo español.
Las Bartolinas se caracterizaban por ser húmedas y frías, de diferentes formas y dimensiones, con ventanas pequeñas dispuestas de norte a sur , lo que impedía a los prisioneros percatarse de la claridad del sol, con rejas de doble barrotes, muchas de ellas eran utilizadas para torturas como la bartolina y el calabozo de la muerte.
El calabozo de la muerte
Aislado de las demás celdas se encuentra el Calabozo de la Muerte, conocido desde antaño por sus numerosas leyendas.
Se accede a él a través de una puerta de madera, en su interior tiene un salón en forma rectangular con techos abovedados en donde se realizaba las más horrendas torturas, a un costado del mismo se encuentra una puerta que conduce a un cuarto oscuro de gran impacto psicológico debido a que la oscuridad que en éste existe da una sensación de temor, de inseguridad y hasta miedo.
Según leyendas se dice que en este cuarto oscuro existía una puerta en el piso como especie de un rehilete donde el preso al ser conducido a este lugar, luego de las torturas recibidas, al no poder percatarse del peligro caía en un hueco que lo conducía al mar donde se encontraba un tiburón nombrado Pepe, que acababa con su vida.
Sobre este tétrico lugar dijo Walter Goodman, pintor inglés, quién fue prisionero del Castillo del Morro:
“La atmósfera es caldeada y asfixiante, la Bartolina abovedada es húmeda y Hedionda como todas las construcciónes con falta de ventilación…”
Actualmente el Calabozo de la Muerte forma parte de las salas expositivas del Museo Castillo del Morro San Pedro de la Roca Patrimonio Cultural de la Humanidad.