Nunca pude explicarme el origen de esta visión, pero ahí estaba, parecía flotar en el aire, una silueta fantasmal que parecía moverse en cámara lenta, si bien sabía que era algo de lo cuál, no era de este mundo, ese miedo latente que yo sentía sin control.
Todo comenzó una tarde que me quedé dormido, me veía en un lugar extraño, cómo si no hubiera tiempo o movimiento de nada, surgia en esa inmensidad, aquella mujer de blanco, dirán es una llorona, pero no, ya que en mis frecuentes sueños o pesadillas, no lograba descifrar su rostro.
Era como si flotará en el aire, no sé, tal vez deseaba comunicarme algo, pero entre ese miedo y terror mezclado, yo intentaba correr, cosa lógica en dichos momentos, mis piernas no respondían, era como si algo me impidiera moverme.
Un fuerte temblor recorría mi ser, mi corazón latía de prisa, percibía más y más cerca esa presencia, hasta que despertaba sobresaltado, no teniendo una explicación lógica a todo ello, aunque ya en mi vida habitual realizaba todo en normalidad, solo era cuestión de llegar a casa, cenar y dormir, cuando surgia esa presencia.
Era empezar ese mismo trance emocional y de miedo, sentirla cerca y no saber esa razón lógica por lo cual me ocurría este suceso, finalmente después de un tiempo, dejé de tener esas digamos pesadillas nunca sabré realmente si trataba de comunicarse conmigo, lo que si es que, tarde que temprano, esa mujer de blanco volverá a buscarme y entonces, aclare de algún modo, la frecuencia de sus visitas
Creditos: HECTOR NILA DORANTES