En un pequeño pueblo sumido en la oscuridad y el miedo, rodeado de bosques tenebrosos, existía una leyenda que erizaba la piel de todos sus habitantes. Se decía que, en los días de luna llena, la bruja vengativa afloraba en lo más profundo del bosque para cobrar venganza por todos aquellos que alguna vez la habían lastimado.
Según cuenta la historia, la bruja había sido una mujer hermosa con un corazón puro y noble, pero las apariencias engañan. Su belleza comúnmente despertaba envidias y deseos oscuros en aquellos que no podían soportar su resplandor. Fue así como un grupo de aldeanos, celosos y cegados por la envidia, decidieron condenarla a una vida de soledad y sufrimiento.
Atados a la ignorancia y la superstición, llevaron a cabo un proceso injusto y cruel, quemándola en la hoguera acusada de practicar magia negra. Sin embargo, antes de su último aliento, la bruja juró venganza eterna.
Desde aquel día fatídico, cada luna llena, la bruja aparecía y causaba el terror en el pueblo. Dicen que podía hechizar a las personas, torturar sus almas y hacer que pagaran por el mal que le habían causado. Nadie se atrevía a aventurarse en el bosque durante estas noches sombrías, pues temían encontrarse con la mirada llena de odio de la bruja y su sed de venganza.
Los aldeanos vivieron bajo esta maldición durante generaciones, hasta que un día un joven valiente decidió enfrentarse a la bruja y poner fin a este ciclo de sufrimiento. Investigó la historia en los oscuros recovecos de la biblioteca del pueblo y descubrió el secreto para liberar a todos de la maldición.
El joven convocó una reunión en la plaza del pueblo, explicando a todos lo que debían hacer. Convencidos por su valentía y determinación, los aldeanos llevaron a cabo un ritual de arrepentimiento y perdón, reconociendo el error que habían cometido y pidiendo perdón en voz alta por el daño causado.
La noche de la luna llena, el pueblo se reunió en el bosque, esperando a la bruja vengativa. Mientras la luna brillaba en todo su esplendor, la bruja emergió de las sombras, con su rostro lleno de odio y rencor.
Sin embargo, al escuchar las voces de los aldeanos pidiendo perdón sinceramente, algo en ella cambió. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas y su rostro se suavizó. En ese momento, decidió perdonar y liberar a todos los habitantes del pueblo de la maldición eterna.
El bosque se llenó de una luz brillante y cálida, y la figura de la bruja desapareció. Desde aquel día, la leyenda de la bruja vengativa se convirtió en una historia de arrepentimiento y redención.
Y así, el pueblo aprendió una valiosa lección sobre los peligros del odio y la importancia de la compasión y el perdón. La noche de la venganza de la bruja, marcó el comienzo de una nueva era de unidad y respeto en aquel pequeño rincón del mundo, donde ya nadie temería la oscuridad del bosque.