Y bien, esta es la historia de cuando hace unos meses, más o menos para el mes de marzo, estaba en casa de mi abuela sentada al borde de la carretera con uno de mis primos.
En el lugar donde vive mi abuela hay una pequeña colina que sube hasta una media pared de piedras que da con la calle, y siendo las 10 de la noche en un lugar en medio de la nada -ya que en aquel lugar solo hay unas cuantas casa en la vía- no había mucho que hacer así que mi primo y yo subimos a aquella pared para hablar de niñerías.
Estaba oscuro, más que otras veces que he ido ya que las luces de los faros se habían dañado y hay muy poca atención en aquella localidad sobre esos temas, por lo que solo había un poste con luz a unos 200 o 300 metros aproximadamente de donde nosotros estábamos.
No me gusta hablar de cosas sobrenaturales, más que nada porque me ponen muy nerviosa y comienzo a llorar, sin embargo, estoy segura de que lo que vi esa noche no era humano, tampoco una especie de animal o algo asi.
Era blanco, sin pelo, caminaba de una lado a otro como un pingüino en dirección hacia el poste, encorvado, casi puedo jurar que solo era un par de piernas con una especie de cabeza pesada encima.
Hubo un momento en donde parecía ir a nuestra dirección pero en realidad se alejaba.
Y cuando logró estar completamente bajo la luz del poste, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo ya que hasta ese momento me estaba mintiendo a mi misma diciendo que era un perro extraño. Era pelón, más que blanco su piel era grisácea, como si nunca hubiera llevado sol en su vida o estuviera muerto.
Caminó un poco más allá y luego se desvaneció, como si la negrura de la noche se lo hubiera tragado, aquella cosa solo estuvo unos diez segundos en el trayecto de donde lo empecé a ver hasta el poste para luego desaparecer. Pero eso fue suficiente para mi como para asustarme y creer que alucinaba.
Me reí de forma nerviosa y le dije a mi primo si vio la cosa blanca caminando cerca del poste y de forma cómica me dijo que no y que si estaba viendo cosas, me sentí mal por eso y trate de olvidarlo, hasta que segundos después oímos ruidos raros, sonaba como si estuvieran ahogando a alguien, como cuando esa persona busca respirar pero le tienes la boca sellada para que no haga ruido.
Eso me puso más nerviosa y mi primo dijo que debíamos bajar ya que lo estaban picando mucho los mosquitos, bajamos corriendo y una vez dentro me miró nervioso y dijo “yo también vi esa cosa, pero estaba seguro de que si hablábamos de eso nos saldría de nuevo”
No hablamos más de eso esa noche hasta el día siguiente que le contamos a mi mamá.
No era sorpresa ya que en donde mi abuela suceden muchas cosas extrañas, como cuando otro de mis primos vio a una niña parada a un lado de él mientras dormía, o cuando tenía la sensación de que había algo detrás de una puerta que me observaba cada vez que iba a tomar agua en la parte de atrás de la casa, o cuando caían cosas en el techo de mi abuela y se oían pasos, y no, no eran gatos, eran pasos normales, como cuando alguien camina de forma lenta y tranquila.
Esta es una historia real, pueden hacerme más preguntas si quieren. Puede que cuente otras historias más adelante, como el dia que conseguí un cuadro de una niña muerta que jugaba conmigo en mi antigua casa.
