Yo siempre había sido despistado, nunca le di mantenimiento a mi carro, como cada fecha de vacaciones salía a visitar a mi familia que vivía en otro estado, y muy rara vez visitaba comencé mi viaje cruce las planicies llenas de cultivo ya era tarde el sol ya estaba ocultándose, y yo iba manejando no tan rápido, pues me gustaba admirar los paisajes que el camino me ofrecía.
De repente se empezaron a poner algunas nubes sobre el cielo del atardecer, iba a llegar a ese lugar boscoso que me gustaba y de igual forma me daba un poco de temor, pues siempre estaba oscuro y no habitaba mucha gente ahí.
Además se contaban que ese bosque estaba embrujado, pise un poco más el acelerador pues quería salir de ese lugar, se empezaron a escuchar los golpes de las gotas de lluvia sobre mi carro, pasaron algunos minutos y el cristal del carro comenzó a empañarse. Abrí un poco la ventana casi nada cuando enfrente de la carretera vi un ser, del tamaño de un niño.
Pisé el freno por completo el carro derrapo.
Abrí la puerta para ver al niño que estaba sobre la carretera, no vi nada, no había nadie, busque a los alrededores del lugar y no vi a nadie herido, algo pálido volví a mi carro, estaba entrando en mi mente que había imaginado a esa ser, me seque las gotas de mi rostro e intente prender el carro de nuevo, no prendía, intente varias veces, y no tuve éxito, mire en los sentidos de la carretera para ver si algún vehículo se aproximaba y nada. Tuve que empujar el carro hasta la orilla pues había quedado en media carretera, por fin orillé el carro y decidí caminar, tomé la lámpara de emergencia y cerré el auto.
El viaje
Eran mis primeros 100 metros y entre los arbustos escuché “camina con cuidado no te vaya a pasar algo malo” y una risa que daba miedo. Apresure el paso y volví a ver a los lejos de nuevo al ser pequeño que había casi provocado un accidente. No se movía, parecía estatua me acerque lentamente y al estar a unos pasos corrió hacia un árbol, no había visto el reloj había pasado horas, eran las 11 de la noche y no había visto ningún carro o persona.
De nuevo volví a escuchar la risa.
Escuché pisadas y pasó algo rápido entre los arbustos y me araño la piel del brazo, sentía miedo, no sabia que era, y no alcanzaba ver nada, arroje un roca y por fortuna le di a algo. Me acerque y era una persona diminuta tenía el rostro arrugado, parecía un viejito tenía unos trapos por ropa, y me dijo “tu quieres morir verdad” sin pensarlo tome una roca más grande y se la arroje sobre la cara.
Su cara quedo desfigurada y a lo lejos veía unos ojos verdes entre los arbustos, corrí de nuevo a la carretera, no se como corrí muchos kilómetros hasta llegar a un lugar habitado, me encontré una pequeña tienda abierta, pedí ayuda y me atendieron, me dieron lugar para descansar y comida, parecía que había estado perdido días sin más palabras descansé.
Al día siguiente me preguntaron que había sucedido, les conté mi historia y quedaron aterrados pues ellos sabían que había seres malignos en ese bosque, me ayudaron a ir al lugar donde había quedado mi carro, al llegar no podía creer lo que veía mi carro estaba oxidado, llantas ponchadas, vidrios rotos parecía que estuviera abandonado por mucho tiempo, la gente empezó a verme raro pues obvio ese carro no podía estar así de un día para otro, al preguntar el día en que estábamos no podía creer la fecha ya habían pasado 3 años desde que viaje a ese lugar.
Créditos; Diego Mictlan.