Eterno papá
 
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Eterno papá

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admin
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Hace ya un tiempo que me separé de mi esposa con la que tuvimos juntos una hija, que hoy tiene 16 años.

Ella me sigue visitando de ves en cuando, me cuenta como le va, como es que su mamá se volvió a casar, como es que ella es la primera de la clase, los chicos que le gustan, en fin su día a día.

Pero últimamente la he visto más desanimada, ese brillo en su cara ha desvanecido cada vez más.

Hasta que un día llegó llorando y como pudo me confesó que intentaron abusar de ella.

Me dijo que había aguantado hasta donde podía las conversaciones incómodas, las miradas fijas, los toqueteos inapropiados pero estaba llegando al límite.

Al enfrentarse y ponerle un alto a su agresor, él no lo tomo muy bien y comenzó el ataque… esos minutos parecían horas hasta que llegó su salvación, Pero desgraciadamente al contarle todo lo ocurrido a esa persona en quien confiaba, la tacho de mentirosa, pues, ¿Cómo su marido iba a tratar de hacerle algo a su hija?.

Mi hija después de desahogarse se calmó un poco más, me dio las gracias por escucharla, se despidió de mi y se fue a casa.

Al oír lo ocurrido no puede quedarme sin hacer nada.

Al llegar la noche y estar dentro de mi antigua casa, me dirigí a la habitación de mi hija para ver cómo dormía.

En eso vi al infeliz entrando lentamente y tan sigiloso como podía con su mirada llena intensiones de acabar lo que había empezado.

En eso me ve sorprendido y algo molesto pregunta quién soy y que hago ahí, al intentar prender la luz se lo impedi rápidamente, pues no quería despertarla.

Tome algo y lo golpie en la cabeza para sacarlo de la habitación.

Me percate que mi hija estaba despierta algo asustada y confundida, le dije que se fuera a dormir que no se preocupara y cerré la puerta con seguro.

Él intentaba huir incorporándose torpemente en pie, sujete su cabeza y la estrellé contra la pared y en el piso repetidas ocaciónes, para luego levantarlo y lanzarlo por las escaleras.

Al bajar y ver cómo patéticamente me imploraba que parara pisando fuertemente su pecho lo amenace :

“Te le vuelves acercar, tocar o mirar y no saldrás con tanta suerte la próxima.”

Luego de eso me fui.

A la mañana siguiente,mi hija vino a visitarme de nuevo, me contó que su padrastro estaba en el hospital, y que cuando su madre salió del cuarto, él le pidió disculpas y comento que aseguraría que tuvo un accidente.

Seguido de eso,mi hija lloro de felicidad, dejo unas flores en mi lápida y se despidió diciendo :

“Gracias por estar siempre para protegerme y escucharme, Te amo papá.”

Creditos al autor que corresponda

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