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La bruja que se quitaba sus piernas

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Hablar de brujas no es sólo hablar de aberrantes seres pactados que degustan de la sangre dulce de los infantes y más sin bautizar y libres de sal.

Estos demonios infernales al caer la noche se desfragmentan y quitan sus putrefactas Partes semi humanas, y esto lo cuento con bases por una cruda experiencia real que me pasó en los años 80s, Justo cuando un familiar acababa de tener a su bebé en lo que era México distrito Federal.

Allí en la capital y más en sus delegaciones pegadas al Oriente y sur en áreas verdes con cerros era muy normal escuchar de estos ataques y más cuando noche a noche se llevaban de las humildes casas a esos niños recién nacidos.

Mi prima tenía un par de días que había tenido a su bebé y este desde que vino al mundo no podía dormir y siempre al apagar la luz comenzaba a llorar inexplicablemente, esto que cuento paso en el año de 1980.

Una noche a eso de las tres de la madrugada algo bajo de los árboles y comenzó a tocar la ventana de la recámara donde ellos dormían con el bebé, al principio el esposo no se quiso levantar ya que afirmaba de que era el viento el que agitaba las ramas y estas rozaban los cristales, pero la verdad era otra y tarde se arrepintió de no ponerle cuidado a esa advertencia.
Siempre al amanecer el bebé amanecía débil, con sueño y enfermo, era extraño que el niño que nació con un peso de más de 3 kilogramos ahora de una manera veloz perdiera peso y apetito.

Por más de que mi prima le daba pecho el pobre bebé, este rechazaba la comida.

Esa misma semana de Nueva cuenta al caer la noche algo enorme bajaba de los árboles de allí de los cerros de la delegación Milpa alta y ahora comenzaba danzar en el patio, esta cosa era una especie como de guajolote, lo más extraño de esto era que cuando esa cosa llegaba los perros que teníamos en el patio huían despavoridos y tardaban días en regresar.

Al amanecer más y más se volvía a enfermar el bebé que aún no estaba bautizado y menos había privado la sal.

Mi prima le comentó esto a su suegra la cual le dijo sin temor equivocarse que eso no era bueno, que estas eran señales clara de que una bruja estaba placeando o marcando al bebé y no pararía hasta llevárselo, o lo peor, chuparle la sangre hasta terminar con el.

Ellos no creían en tales historias y atribuían todo a eventos aislados y coincidencia y solo decían que esas visitas eran de la fauna de esta delegación que tenía límites con pueblos y unos muy viejos, sin darle importancia continuaron con su vida normal.

Como el bebé seguía perdiendo peso de inmediato lo llevaron al pueblo de tulyehualco con un pediatra y este les informó que el niño presentaba un severo cuadro de anemia además de que requería estudios de urgencia ya que su sangre estaba en disminución además de que tenía hepatitis.

Como pudieron costaron los tratamientos pero era en vano ya que cada día el bebé se reportaba muy grave.

Resulta que un fin de semana un campesino de nombre Pedro Gómez regresaba de parranda del pueblo de San Pedro y como le ganó la madrugada cruzó por los cerros del pueblo para cortar camino, dicen que al pasar por el enorme terreno donde mi prima tenía su casa.

Justo abajo de los enormes árboles noto que habían unas extrañas cosas apiladas allí al pie de un pirul, con gran curiosidad se acerco para ver qué era y al estar frente eso con horror miro que allí habían un par de ojos, uno de brazos y cuando pensó que era todo descubrió dos piernas que sin duda eran de un bruja por que estas miserables partes no sangraba, al contrario emanaban un asqueroso olor a descomposición.

Dentro de la casa algo arrastraba al bebé aprovechando que la bruja que se quitaba las piernas había dormido a los padres como cada noche.

Ahora no sólo era una, ahora venían varias pero en especial esa aberración era la que placéo al bebé .

Antes de que mi prima se durmiera esa noche escucho entre sueños de Nueva cuenta como los perros aullaban despavoridos y algo aterrizaba en el patio e iniciaba una danza, esa noche, solo que mo imaginaban que el viejo Pedro Gómez era pieza clave para poner fin a este ataque masivo.

Las brujas convertidas en guajolotes ya habían logrado entrar a la casa.

Estando allí entre todas se peleaban al recién nacido que se debatiá en la muerte por que no tenía fuerzas para luchar por su vida.

Hasta la borrachera se le bajo al viejo Pedro Gómez y al mirar a detalle que cosa era eso comprobó que eran las partes de un bruja y sin duda estaría por allí cerca chupando la sangre de un bebé.

Pedro de inmediato junto leña he hizo una fogata y al empezar a quejarse la leña de allí saco un poco de carbón y se lo puso a los ojos, brazos y piernas pues también ya sabía que con esto se bloqueaba a una bruja y de inmediato corrio valientemente a buscar algunas otras y encontró los restos de otras 2 brujas desfragmentadas.

A estas si las quemo con leña por que sabía que si atacaban más de 2 sin duda significaba que la sangre de algún bebé las estaba enloqueciendo.

Cuando estaban ya sacando al bebé del Interior de la casa la primer bruja empezó a revocarse y a quejarse al igual que la segunda y sin duda ésto era por que don Pedro quemó esos restos allí en el cerro.

La tercer bruja que fue la que marcó al bebé.

Al mirar que sus compañeras estaban ardiendo no dudo en huir de allí al mismo tiempo que los padres despertaron y le quitaron al niño, en ese instante los perros salieron de su escondite y se le fueron encima lastimando considerablemente.

Los padres solo vieron como esa bola de carne humana como pudo salió de la casa antes de ser víctima de los perros, de hecho ya no podía volar y se arrastro como pudo al cerro buscando sus piernas, brazos y ojos.

El viejo Pedro se quedó escondido en el árbol esperando a que las aberrantes brujas regresarán y solo lo hizo una, cuando este ser miro sus partes con desesperación comenzó a ponerselas pero allí lanzo un alarido de dolor y es que la ceniza le había quemado la piel y ahora ya no podía volver a usar sus extremidades, de hecho maldijo a quien le hizo la maldad, como ya no pudo hacer nada cuentan que se arrastro esperando su final y es que ya estaba por salir el sol.

Con un poco de miedo don Pedro bajo al pueblo y contó parte de esta historia y a detalle narró cómo fue que terminó con estas brujas chupa sangre de la ciudad de México y en especial con la bruja sin piernas aquella que dejó allí sus partes y se arrastro esperando su muerte.

En estos pueblos del Sur de la ciudad de México se cuentas eventos así de aterradores y todos reales. Gracias..

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