En una pequeña y tranquila ciudad, existe una leyenda que ha sido transmitida de generación en generación: la Leyenda de la Fiesta de las Almas. Esta historia de terror ha dejado huella en los habitantes del lugar, quienes se niegan a olvidarla.
Cuenta la leyenda que en una noche oscura y sin luna, justo en el corazón del bosque que rodea la ciudad, se celebra una festividad macabra conocida como la Fiesta de las Almas. Durante esta fiesta, las almas de los difuntos regresan al mundo terrenal en busca de cuerpos para poseer por una noche, con el fin de revivir y disfrutar de los placeres mundanos que perdieron en su muerte.
Los habitantes de la ciudad temen esta noche, ya que creen que los espíritus despiadados y malignos rondan por las calles en busca de aquellos que estén solos y desprotegidos. Se dice que sólo los valientes son capaces de presenciar y sobrevivir a esta aterradora experiencia.
Según la leyenda, aquellos que se atreven a aventurarse en el bosque durante la Fiesta de las Almas, son envueltos por una densa niebla que impide ver el camino de regreso. Las almas, ansiosas de encontrar un cuerpo para habitar, susurran suavemente al oído de los aventureros, intentando engañarlos y guiarlos hacia lugares peligrosos y oscuros.
La única forma de protegerse de estas malévolas almas es llevar consigo un talismán sagrado que actúa como escudo protector. Se dice que cualquier objeto divino, como un crucifijo o un amuleto bendecido, es capaz de mantener alejadas a las almas en busca de cuerpos. Sin este amuleto, los valientes exploradores quedan expuestos a la posibilidad de ser poseídos por los espíritus y condenados a sufrir el mismo destino que ellos.
Los pocos que han logrado encontrar el camino de regreso a salvo aseguran haber experimentado visiones horripilantes y haber escuchado voces llamándolos hacia las profundidades del bosque. Muchos afirman haber visto a las almas bailando y riendo, mientras que otros dicen haberse encontrado cara a cara con sus propios seres queridos fallecidos.
Los habitantes de la ciudad, respetuosos de la leyenda, mantienen sus hogares cerrados a cal y canto durante la Fiesta de las Almas, rezando para que ninguna alma perdida intente entrar. Incluso algunos dicen haber escuchado extraños ruidos y lamentos provenientes del bosque, confirmando la existencia de esta fiesta maldita.
