Esta leyenda se remonta a la Edad Media, en la época feudal, trata sobre una antigua criatura, conjurada por los mismos druidas, que se quedó vagando en la tierra alimentándose de niños pequeños y doncellas.
Neisengrel, era un demonio elemental atrapado en un cuerpo femenino, qué vagaba por los bosques del viejo continente durmiendo un sueño de casi un año y despertando tan solo por 23 días para saciar su apetito y así poder prolongar su existencia, consumiendo la sangre de los niños y la carne de las doncellas.
Se dice que cuándo caminaba entre los humanos era capaz de acabar con las vidas de decenas de infantes y otro tanto de doncellas, la enfrentaron Caballeros de la época, con acero y valor, sin otro resultado que una horrible muerte, desmembrados y luego empalados para infundir terror entre los que querían acabar con ella.
Algunos Magos y Hechiceros de aquel tiempo, también tuvieron batallas con este demonio.
Obteniendo el mismo fin o peor aún, desapareciendo por completo no solo su cuerpo sino también su esencia.
Sus atrocidades entre los mortales eran contemplados por una Cofradía qué existe desde los primeros tiempos, y que lleva como símbolo la intersección de los ternarios, 21 poderosos Magos entre los que se contaban los siete custodios de los elementos de la Tierra.
Así fue encomendado el trabajo de acabar con Neisengrel a los 4 custodios de los elementos físicos; los señores de el aire, el fuego, el agua y la tierra, además de los 3 magos sabios de las tres regiones del planeta.
Y comenzó una búsqueda qué duro según la leyenda casi un siglo, varias veces estuvieron apunto de atraparla pero el poder adquirido durante más de 2 milenios era gigantesco y le permitió escapar.
La bruja del arbol
En los albores del siglo 18, por fin se dio una terrible batalla que duró varios días en el bosque oscuro de Lebrún, dónde los cuatro elementos hicieron imposible que huyera cayendo mal herida a los pies de un árbol, que por hechizo de uno de los Magos de los tres confines, la sujeto mientras dos de ellos le arrancaban el corazón.
Neisengrel, poco a poco se debilitó, hasta que, siendo un demonio elemental, enraizó en el propio árbol que aún la sujeta hasta este tiempo.
Muchas veces las historias y cuentos fantásticos son más reales y aterradores de lo que la humanidad quisiera recordar.
Por este motivo han sido colocadas en el tiempo de la leyenda para que sean solamente el recuerdo de una época qué no se puede comprobar…
Van Argamenon.