El “parque de los monstruos” o “bosque sagrado” de Bomarzo es un lugar inquietante, surgido de la atormentada mente de un aristócrata italiano. Situado junto al castillo de los Orsini, en la localidad italiana de Bomarzo (provincia de Viterbo).
Se trata de un enorme jardín plagado de extrañas y gigantescas esculturas, en ocasiones grotescas, mandadas a erigir a mitad del siglo XVI por el duque y mecenas Pier Francesco Orsini, descendiente de una de las familias más poderosas e influyentes de la Italia de la época.
Aunque existen pocas evidencias documentales al respecto, se cree que el duque Orsini sintió el impulso de construir el parque tras el fallecimiento de su esposa, Giulia Farnese, suceso que al parecer le causó una honda melancolía que devino en depresión.
A ella, a Giulia Farnes, le dedicó este ambicioso proyecto de difícil catalogación, a mitad de camino entre un jardín iniciático o hermético y una muestra artística propia del Renacimiento tardío.