Hace muchos años atrás en un pequeño pueblo norteño llamado pueblo piedra negra ocurría que había dos hombres ambiciosos y malos y eran de dinero, aprovechaban su buena situación económica abusando de los pobladores pobres hombres y mujeres trabajadoras.
Ocurría que ese día le estaban quitando una vivienda humilde a una mujer viuda que tenia una pequeña de 12 años y la gente triste miraba como esos hombres con sus peones sacaban a la calle las pocas pertenencias de esas mujer y su hija.
En ese momento llegó un hombre anciano de paso firme y cabello blanco de mirada clara y firme de unos ojos color miel que con el sol se veían verde esmeralda y una cicatriz que tenia en su mejilla.
Pregunta que ocurre a la mujer y ella le dice que tiene una deuda y no puede pagar y esos hombres la están sacando de su casa para cobrarse de la deuda, y ese anciano con voz firme le dice yo la pagaré y como ministro de fe el sheriff redactar un documento donde se daba por pagada la deuda.
Sacó una bolsa con monedas de oro, la mujer y la niña le daban las gracias, el miraba esas lágrimas en esas dos mujeres.
Y esos dos hombres ambiciosos la verlo que tenia más monedas de oro se pusieron de acuerdo para robarle una vez que se fuera del pueblo.
El anciano lobo
El anciano lobo viendo que ya la mujer y la niña estaba bien se fue rumbo al norte.
La gente del pueblo quedó comentando lo sucedido, y unas hora después salieron los dos ambiciosos, 12 de sus peones a caballo tomaron la dirección de ese hombre de cicatriz.
Pasaron las horas y volvieron los caballos sin sus jinetes, ya era de noche al otro día salió el sheriff con algunos hombres y en el bosque encontraron a los hombres muertos como si un gran lobo los hubiera atacado.
Volvieron con los muertos al pueblo y del anciano no encontraron rastro, pasaron 12 años y pasó el mismo anciano por el pueblo, la niña ya era una señorita y lo reconoció, el anciano estaba igual y ella le dijo me acuerdo bien de usted gracias por esa ayuda, él le respondió de nada.