Si algunos experimentaron con todo fueron los nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Para Hitler crear el soldado perfecto fue una prioridad, y ese soldado perfecto era aquel que no pudieran matar, porque simplemente ya estaba muerto.
A inicios de 1945 después de 4 años de experimentos los Nazis pusieron a prueba lo que ellos nombrar: Die lebenden Toten (El muerto Viviente), el soldado Jhon Wnderbrong murió a principios de la guerra por un disparo curiosamente su cuerpo fue llevado a un laboratorio donde hicieron varias investigaciones entre lo cual se logró cambiar su sangre por un producto que funcionaba igual y que a la vez se podía regenerar en caso de herida, se le llamó (Lebendiges Blut), también se cambiar los órganos afectados, el cerebro del soldado se mantuvo vivo con flujo de oxígeno artificial.
Por el momento era simplemente una persona en estado vegetativo aunque a la familia se informó que había fallecido.
Durante 3 años a aquel cuerpo se le hizo todo tipo de experimentos una noche de enero de 1945, una enfermera realizaba los cambios de un suero que alimentaba el fluido de aquel cuerpo inerte.
El soldado perfecto
De pronto el soldado movió su mano, y seguidamente abrió sus ojos.
La enfermera salió a dar la noticia pero al regreso no encontraron a nadie en la habitación inmediatamente todos los guardias se movilizaron en busca del soldado, pero las condiciones climáticas en la zona dificultaron la búsqueda, en el centro de investigaciones por su parte rastrear todo el lugar y ni una sola huella. El caso se cerró, se informó a Hitler pero para ese tiempo ya había preocupaciones más importantes y no tuvo mayor impacto.
Los próximos meses serían fatales para los Alemanes.
Muchos murieron prácticamente a la entrada de Moscú congelados, sin embargo el Ministro Joachim von Ribbentrop escribió en su diario: ” Avanzábamos sin contratiempo hasta que uno de los nuestros se ha vuelto loco, parecía un demonio, era imparable, mermo las tropas con solamente una hoz cada noche mató entre 50 y 100 hombres, se movía como lince, su rostro era una carabela, vestía como los nuestro y nuestras ametralladoras podían abrir cientos de hoyos en su cuerpo. Ya no teníamos miedos a los rusos y sus ataques nos preocupaba aquella cosa inexplicable”. En el informe, el Ministro de Interior de Hitler escribe:
393 900 muertos, heridos, de ellos 23.000 desaparecidos por el muerto viviente, otros 48.000 muertos por su hoz, las tropas tienen frío, hambre y miedo.
1.300 tanques de ellos 540 quedaron abandonados porque el muerto viviente mató sus tripulantes.
De los 2.500 cañones sólo podremos utilizar para la batalla final 800, también han muerto sus operarios por el ,”muerto viviente”.
Es el propio diablo, ahora estoy seguro que no ganaremos esta guerra, nos quedan 600 km para entrar a Moscú y no sabemos si volverá acechar este soldado indestructible que ha pactado con satanás.
“El soldado perfecto nazi”
En septiembre de 1945 terminaba la segunda guerra mundial sin embargo nunca más se supo del “muerto viviente”, tampoco la historia recoge nada al respecto. Sin embargo uno de los médicos que participó en el experimento dijo: “Jugamos con lo sobrenatural, despertamos al demonio del ser humano y este nos ajustó cuentas en el campo de batalla”.